Unos trecientos (300) reclusos de la cárcel de Cumaná, Estado Sucre, habrían iniciado una huelga de hambre desde la tarde del día 31 de Enero de 2011. Las razones serían las malas condiciones del recinto y por retardo procesal. Amenzan con iniciar una huelga de sangre si no reciben respuesta.
Como medida de presión mantienen a varios familiares retenidos dentro del centro carcelario.
Según un reporte de Globovisión, cinco reos fallecieron durante una reyerta en la cárcel de Vista Hermosa, en el Estado Bolívar, en la madrugada del 01 de Febrero de 2011. Al parecer, las autoridades del centro penitenciario no han ofrecido declaraciones oficiales. Se ha informado que tres de los reclusos ya fueron identificados, faltan dos más por reconocer. Todos habrían sido trasladados ayer desde los calabozos del Comando Policial de Guaiparo, en San Félix.
Según un reporte de Globovisión, cinco reos fallecieron durante una reyerta en la cárcel
24 / Sep /2007
Hoy, día de Nuestra Señora de Las Mercedes, patrona de los presos, el vespertino El Mundo publica un reportaje sobre la vida en las cárceles. Este es el reportaje de JESÚS GERARDO HERNÁNDEZ en El Mundo de hoy:
Un hombre de clase media baja que pierda la libertad. Por cometer algún delito podría obtener un pasaje directo al purgatorio sin necesidad de cruzar el umbral de la muerte. “Es un mundo de caníbales donde tienes que ser rudo o de lo contrario estás condenado”, confiesa un interno. Una pistola, una ametralladora, una granada fragmentaria son el ángel guardián de quienes están detrás de los barrotes. “Un preso desarmado es hombre muerto”, más que un lema es una ley, con la que se justifica “allá adentro” que los internos en Venezuela estén bien equipados. Hoy se celebra en todos los penales del país el día de Nuestra Señora de Las Mercedes, patrona de los presos, con especial tensión luego del asesinato de una mujer y su hija en plena visita en La Planta, el domingo nueve de septiembre; de la sentencia a muerte a los implicados en el caso, y del reajuste de poder de las bandas que operan en ése y otros penales del país.
A LA ORDEN DEL “PRAN”
Un hombre de clase media baja que pierda la libertad por cometer algún delito podría obtener un pasaje directo al purgatorio sin necesidad de cruzar el umbral de la muerte. “Es un mundo de caníbales donde tienes que ser rudo o de lo contrario estás condenado”, confiesa un interno. Cualquier centro de reclusión en Venezuela no varía mucho con respecto a los demás del sistema penitenciario. En todos hay áreas divididas por pabellones donde existe un “Pran” o jefe que impone su ley. “Si a él le llega a gustar tu esposa o hermana debes acceder a que tenga algo con ella o de lo contrario debes mudarte de pabellón porque te pueden matar por eso”. Oficialmente estas zonas se conocen con números pero todas tienen algún tipo de nombre, según lo establece el líder, como el “Barrio Chino”, “Bronx”, “Macacos”, la “Corte Negra”, los “Polipresos” y hasta los “Robapollos”. La característica principal es el hacinamiento, lo que va acompañado del mal olor, la falta de agua potable y la ausencia de camas adecuadas. En el informe más reciente de Provea (2005-2006) se advierte que para marzo de 2006, según la población reportada, y considerando una disponibilidad de 16.909 plazas en el sistema penitenciario, el índice de hacinamiento fue de 7,32%, lo que representa un excedente de 1.238 presos por encima de la capacidad de atención. El estudio también refiere una declaración de la defensora especial con competencia nacional en el área de régimen penitenciario, Indira Faría Rodríguez, en la que asegura que 75% de las cárceles del país deberían ser demolidas: “Hay que tumbar y volver a construir prisiones como La Pica, Puente Ayala, Tocuyito y Tocorón, porque es ineficiente remodelar y reparar estos espacios si la infraestructura está tan deteriorada...”.
EL TATUAJE DE LA VIOLENCIA
Los internos están bien organizados, la pertenencia a un lugar común debe ser admitida y para identificarse cada reo debe portar un pañuelo o tatuarse de acuerdo con el grupo del que forma parte. El informe presentado por el Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP), en agosto de 2007, señala que “la violencia carcelaria ha venido alcanzando niveles nunca antes vistos en la sociedad, pero lo más grave es que ésta pareciera haber llegado a adquirir carácter de cotidianidad”. El director de la otra ONG que vela por los derechos de los presos, “Una ventana a la libertad”, Carlos Nieto, expresó que “vivimos la más grave situación de violencia intracarcelaria de los últimos tiempos. En 2006, según cifras del OVP, se registraron 412 reclusos fallecidos y 728 heridos. Y entre los meses de enero a julio de 2007 la cantidad de 292 muertos y 624 heridos, lo que evidencia un notable incremento en relación con el año pasado. Tomando en cuenta que la población penitenciaria no sobrepasa los 20 mil reclusos, Venezuela se ha convertido en el país con más altos índices de violencia penitenciaria en el continente americano y está entre los primeros en el mundo”. Nieto recordó que Brasil -con una población de 350.000 reclusosreportó 196 muertos por violencia intracarcelaria en 2006. Ese mismo año, Colombia -con una población penitenciaria de cerca de 75.000 arrojó una mortalidad por violencia en penales de 15 personas”.
MISIONES QUE SÍ ENTRAN
Las misiones sí hacen presencia en las penitenciarías venezolanas. Según cifras que aportó el ministerio de Justicia para el informe de Provea de 2006, en 2005 se atendieron a 12.983 internos en alfabetización, educación básica, diversificada y superior, así como en las distintas misiones educativas. Lo que arrojó la estadística de “2.579 reclusos cursando alguna modalidad de educación”, según la fuente oficial.
DOLORES
En las prisiones hay espacios para la enfermería, pero ocasionalmente los médicos o los enfermeros no van. Además, la misma censura que imponen los líderes en esos territorios a algunos internos, impide un adecuado manejo de planes de salud. Ya en el informe de Provea en 2004 se advertía que la sobrepoblación aumentaba la incidencia de enfermedades de la piel como dermatitis y escabiosis; padecimientos digestivos como resultado de la exposición a aguas servidas y las malas condiciones de manipulación de alimentos, así como afecciones respiratorias y de transmisión sexual, que suelen ser más frecuentes en los reclusos que en el resto de la población. “En la cárcel se paga hasta por vivir, hermano“, se queja un reo. Todo tiene un precio y los que pueden deben cancelar un tributo a la Guardia Nacional, a los custodios o al Pran, porque tener televisor, radio o ventilador, incluso una cama decente, tiene su costo. Y el traslado a los tribunales, también. En algunas cárceles los vehículos están en muy mal estado, y otras ni siquiera tienen unidades, por lo que los procesados deben pagar la “carrerita” y además reunir un dinero extra para cancelar la custodia. “A ellos hay que pagarles el desayuno, el almuerzo y en ocasiones la cena, porque hay juicios que se pueden demorar todo el día”.
AVE MARÍA
Los reos tienen libertad para practicar su religión. De hecho, hay una serie de organizaciones que se dedican a ofrecer orientación espiritual y ayuda humanitaria a los reos. La mayoría de los centros penitenciarios tienen al menos una capilla, pero sin duda el cristianismo evangélico tiene un papel importante en los penales. Se les llama “varones” a los internos que pertenecen a esta corriente. Suelen juntarse en grupos, cantan, oran y las áreas que habitan tienden a estar en mejor estado. “Bueno, los únicos que caminan en medio de la tormenta (porque están en la zona del malandreo) son los evangélicos, ellos son los únicos que trabajan para la recuperación de un preso”, asegura un recluso. Según la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en su condena a Venezuela por las víctimas del retén de Catia, “el Estado debe asegurar que toda persona privada de su libertad viva en condiciones compatibles con su dignidad humana…un espacio lo suficientemente amplio para pasar la noche; celdas ventiladas y con acceso a luz natural; sanitarios y duchas limpias con cierto grado de privacidad; alimentación y atención en salud adecuadas y oportunas…”. A eso se sumaron el año pasado un par de medidas de la Corte y la Comisión Interamericana para proteger a los internos de La Pica, Yare I y Yare II. El Estado sigue en deuda con todos. Por eso les queda la fe, la que le profesan hoy a la Señora de Las Mercedes.
Armas, drogas y homicidios tras los muros es lo que la periodista venezolana Patricia Clarembaux recoge en su libro "A ese infierno ya no vuelvo", que cuenta el drama de las cárceles de su país, las más violentas de América. En los 31 centros penitenciarios que albergan a unos 24.360 presos murieron 422 reclusos en 2008, lo que convierte a Venezuela en el país del continente con más muertes violentas intramuros, según datos del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP). Afirma el Observatorio que el número de muertes violentas en las prisiones venezolanas superó en 2008 las que hubo en todas las cárceles de México, Brasil, Colombia y Perú juntas, y si se amplía la muestra a los últimos diez años, se alcanza un total de 3.664 asesinados. Desde las páginas del periódico "Tal Cual", Clarembaux se dedicó durante tres años a denunciar el horror en el que "sobreviven" los presos de su país, totalmente "olvidados por el Estado", que les condena a vivir en "condiciones infrahumanas". Cárceles hacinadas, sin paredes, en las que se acumulan la basura y los excrementos, en las que los presos están mejor armados que los guardias que los custodian y en las que se puede conseguir cualquier droga fue lo que se encontró la periodista. "Los penales convierten a los privados de libertad en seres imposibles para la sociedad ya que en lugar de rehabilitarlos les dan herramientas para ser mejores delincuentes", explica en una entrevista a Efe Clarembaux, quien nunca se refiere a ellos como presos para "no ofenderlos" y "humanizarlos". Según la periodista, la causa principal de esta situación proviene de fuera de los muros, de una sociedad en la que muchos niños crecen en los barrios sin figura paterna, con madres que no pueden prestar atención a su educación por trabajar todo el día y en los que los delincuentes son el patrón ejemplar. "En los barrios de Caracas la figura del malandro (delincuente) es un héroe al que quieren imitar cuando sean mayores", añade, razón por la que pueden, por delitos menores, acabar compartiendo celda con asesinos o violadores ya que los presos en Venezuela no están clasificados por sus crímenes. En los centros de reclusión, el Estado es una mera figura administrativa sin funciones reales que tiene que negociar todo lo que hace con los líderes de la prisión, conocidos como "pranes". Clarembaux los compara con la junta directiva de una empresa, que toma las decisiones que acatan el resto de los trabajadores e incluso el director del centro, que "no puede hacer nada sin conversarlo con ellos porque puede provocar una masacre". En las cárceles circula "mucho dinero, mucha droga y muchas armas" (sólo en 2008 se requisaron 2.148 según OVP) por los negocios "entre presos y con autoridades", lo que las convierte en "mafias muy duras" donde los líderes concentran una gran cantidad de poder y recursos. Sin embargo, la periodista defiende que los pranes también son los que dotan de programas de actividades a sus centros, mantienen el orden y solucionan problemas como la basura o los conflictos internos. Por el contrario, son los centros más populosos, en los que hay varios pranes, los más violentos ya que la prioridad es "imponerse unos sobre otros" y de allí resultan la mayoría de las muertes intramuros, destaca. Sin embargo, lo que más impactó a Clarembaux en sus sucesivas visitas a los distintos penales del país fue el mundo de "las brujas", presos que defraudaron la confianza de alguien y a los que nadie quiere recibir. Un mundo que, según ella, es "en blanco y negro" y lo protagonizan "los hombres más tristes que jamás haya visto". Ni siquiera la religión sirve para redimir a este sector, ya que los evangélicos, que tienen pabellones especiales y que son las personas más respetadas dentro de los penales, exigen verdaderas pruebas de fe para aceptar a sus miembros. Clarembaux aclara que jamás entraría en un penal sin la compañía de evangélicos, que "caminan por cualquier pabellón o celda, se abrazan a todos y son respetados" a diferencia de los católicos, que "no tienen ninguna credibilidad" en las cárceles.
PUBLICADO EL 18 OCTUBRE 2010
“LA CÁRCELES VAN A DESAPARECER”
El penitenciarista Elio Gómez Grillo asegura que la prisión fracasó y terminará en este siglo. Con penas no privativas de libertad serán castigados los delincuentes, estima el experto.
PATTY FUENTES GIMÓN:
“A las cárceles hay que verlas, sentirlas, oírlas, degustarlas, olerlas y tocarlas”, dice el penitenciarista Elio Gómez Grillo, quien asegura que no es posible saber cómo funcionan los recintos penitenciarios hasta que no se hace contacto directo con ellos. Para él, la prisión fracasó: no regenera, sino que fomenta el delito. “La cárcel es la criminalización de la pobreza. Se va a la cárcel más por pobre que por delincuente. El propio Chávez ha afirmado que 99,9% de los privados de libertad son pobres diablos”, manifiesta.
Si la cárcel fracasó, ¿qué debe hacerse entonces? Algunos expertos recomiendan transformar las prisiones en centros familiares y lograr que, poco a poco, se extiendan las sanciones no prisionales, de no cautiverio. La mejor cárcel es la que no parece cárcel y no huele a cárcel. Debemos pasar de la postura reformista a la reduccionista para, finalmente, conseguir la abolicionista.
¿En qué consiste la postura reformista? En la actualidad tenemos una posición reformista que fracasó porque la cantidad de reincidentes es inmensa, porque cada vez las prisiones se parecen más a depósitos de seres humanos y porque el preso sufre tres penas: privación de libertad, aislamiento familiar y pena perpetua. La condición de ex presidiario es inmortal. Lo peor no es estar preso, sino haber estado preso.
¿Y la reduccionista? Cuando se entendió que el problema de la cárcel es la masificación, los pensadores propusieron reducir la prisión solamente para quienes cometan delitos muy graves. El resto de los delincuentes serán sometidos a penas no privativas de libertad.
¿Cuáles son esas penas? Las medidas extrainstitucionales que pueden aplicarse son muchísimas. Entre ellas están: el trabajo comunitario, la reclusión domiciliaria, la condena condicional y la restricción o privación de derechos. La idea es crear confianza en el sistema frente a la opinión pública y a las autoridades encargadas de resguardar la ley, para que se constituya una alternativa valedera.
Precisamente, de esto se trata la teoría abolicionista: las prisiones deben ir desapareciendo progresivamente. Estoy seguro de que en este siglo termina la cárcel.
¿Por qué está tan seguro de que este método será mejor que el actual? En 1970 se creó la Ley de Sometimiento a Juicio y Suspensión Condicional de la Pena que establecía que los delincuentes primarios con pena máxima de cinco años no iban a prisión, sino que se les hacía un examen psicológico y pasaban el tiempo que le correspondía de la pena rindiendo informes semanales a un delegado de prueba. Debía tener trabajo fijo, un hogar y una vida familiar honesta. Si no reincidía, se le otorgaba la libertad plena. Con esta ley la reincidencia sólo era de 3%. Hoy en día es de aproximadamente 80%.
VENGANZA, REEDUCACIÓN Y OTRA VEZ VENGANZA: Las primeras cárceles del mundo eran las de la venganza, pues a los reos se les torturaba y mutilaba, además de que existía la pena de muerte.
No fue sino hasta 1936 que Manuel María Montesino Molina, entonces Comandante interino del Presidio de Valencia, España, creó el sistema progresivo penitenciario.
“Aquí no entran delincuentes. Entran seres humanos”, solía decir Montesino Molina para explicar en qué consistía el sistema que comprende tres R: reeducación, rehabilitación y reinserción social. Lo importante era que, aunque las condiciones de vida de los reclusos eran deplorables, con ellos se lograba mayor producción en el país, pues los obligaban a trabajar. Actualmente, la Ley de Régimen Penitenciario de Venezuela, en su artículo 7, dicta que “los sistemas y tratamientos serán concebidos para su desarrollo gradualmente progresivo, encaminados a fomentar en el penado el respeto a sí mismo, los conceptos de responsabilidad y convivencia sociales, y la voluntad de vivir conforme a la ley”. Sin embargo, son pocos los artículos de esa legislación que se cumplen. El sistema penitenciario venezolano pareciera haber regresado a la cárcel de la venganza. Gómez Grillo asegura que “estamos en el centripetismo prisionero, pero vamos hacia el centrifuguismo penitenciario porque la única verdadera ley es aquella que conduce a la libertad”. El propio Código Orgánico Procesal Penal contempla los beneficios procesales que, en cierto modo, son alternativas para cumplir la pena fuera de los recintos penitenciarios. Destacamento de Trabajo, Régimen Abierto, Libertad Condicional y Confinamiento son las fórmulas por las cuales los reos pueden optar.
PRIMERO LO PRIMERO El penitenciarista denuncia que “los delitos que se producen en las cárceles son peores que los de afuera porque, aunque hay gente respetable, son más delincuentes los que cuidan las cárceles que los propios presos”.
¿Cuál cree usted que es el principal problema en las prisiones? Su personal. Las cárceles son su personal y cualquier cosa más. En 1992 creamos el Instituto Universitario Nacional de Estudios Penitenciarios para graduar a especialistas en penitenciarismo, pero pocos años después el Gobierno lo intervino. Utilizaron la excusa de que iban a transformarlo y modernizarlo, pero no hicieron nada. Lo que pasa es que hay una mafia penitenciaria: los propios guardias y custodios con los que meten las armas, drogas y licores. La policía reprime, el penitenciarista reeduca.
Además de mejorar el personal, ¿considera usted que se deben construir más cárceles? No. Definitivamente, no. La inseguridad no se combate con la prisión. No hay más cárceles porque haya más delito; hay más delitos porque hay más cárceles. No hay que construir más centros penitenciarios, sino crear medidas extrainstitucionales.
¿Hay alguna iniciativa favorable en el actual sistema penitenciario de Venezuela?Sí, aplaudo la Orquesta Sinfónica Penitenciaria, aunque considero que debería abarcar más porcentaje de la población penal. También celebro que se permitan las pernoctas familiares siempre que se lleve honestamente. Por otro lado, es bueno que se haya retomado la idea de los tribunales móviles.
Fuente: Diario Tal Cual, 18 de octubre 2010, Páginas 4 y 5.
Letralia 239 | Noticias | Defensa Pública dona libros a reclusos de cárceles venezolanas
ENSAYO DE LA 1TTE. LILI CAROLINA RODRÍGUEZ DE REGALADO
PROYECTO DE INVESTIGACIÓN:
MODELO TEÓRICO DE GERENCIA EFECTIVA EN LOS CENTROS PENITENCIARIOS EN VENEZUELA
Cuando nos surge la idea de los centros penitenciarios, nos llega a la mente la falta de gerencia efectiva, pero realmente se aplica la gerencia, ¿será que estamos alucinando o no?, ¿será que estamos entrando a un mundo lleno de puro impunidad y se ve galopando la injusticia en los centros penitenciarios? o ¿será una mera coincidencia?, estas interrogantes son más comunes de lo que pensamos, en esta revolución y en este siglo sin lugar a duda, existe una vertiginosa velocidad en la necesidad urgente de establecer una verdadera gerencia efectiva en nuestros centros penitenciarios, que piden a gritos JUSTICIA. Se pretende hacer un análisis del pensamiento doctrinal de las normas que guían y orientan la gerencia efectiva en los centros penitenciarios y ponerlas a la crítica jurídica nacional, pues no dejan de presentarse una serie de inquietudes relativas al derecho penal y humanitario que tienen incidencias en la vida del proceso criminal. Una de las razones que primordialmente y poderosamente me llamaron la atención sobre este tema escogido para este Ensayo y como tema principal en el proyecto de la investigación para el Doctorado en Ciencia Gerenciales y descartar el tema del Modelo Teórico de la Gerencia en la Justicia Militar fue el contenido humanitario del mismo, debido a que el tema de los centros penitenciario en nuestro País es una realidad latente de la ineficaz de la gerencia publica para poder mejorar la situación que se vive en dichos centros, el dolor de la impunidad, la crueldad, la miseria, e innumerables circunstancias que se pueden apreciar y vivir en ese mundo porque aunque no lo crean es un mundo inhumano es un submundo lleno de drogas, armas ilegales, robos, violaciones… es una realidad indescriptible que solo el que ha vivido ahí sabe el dolor y el sufrimiento que se experimenta en ese mundo.Nuestro País ha venido viviendo desde hace décadas una realidad carcelaria profundamente deteriorada, la cual resulta imposible ocultar. Se pretenderá con la presenta investigación incluir los reclusos de gran parte de los centros penitenciarios venezolanos dependientes del Ministerio del Poder popular para las Relaciones Interiores y Justicia, funcionarios de ese Ministerio dedicados al sector carcelario y de otros organismos oficiales.Se abordará situaciones que en el pasado y el presente se destacan en el acontecer penitenciario nacional, haciendo una somera revisión histórica de sucesos de importancia y de aspectos actuales del funcionamiento, ello con el propósito de compilar información y hacer aportes que pudieran servir en el futuro, al momento de pretender los cambios que el sector requiera.
Check out this SlideShare Presentation:
http://www.ovprisiones.org/cms/index.php?option=com_content&view=frontpage&Itemid=1
No hay comentarios:
Publicar un comentario